El niño con epilepsia, sin crisis o con crisis poco frecuentes, sigue siendo un niño y, por lo tanto, deberá seguir la misma escolarización que un niño sin epilepsia de la misma edad. Dicha enfermedad no condiciona el modelo de escolarización, por lo que los niños con epilepsia deben integrarse en colegios normales.
Sin embargo, los niños con epilepsia que además de las crisis tienen otro tipo de trastornos, como alteración de la conducta, retraso psicomotor, trastornos motores o perceptivos-sensoriales pueden necesitar modelos pedagógicos multidisciplinarios en Aulas de Integración en colegios normales y en algunos casos, en colegios de Educación Especial.
Es aconsejable que la familia informe en el colegio sobre las características de las crisis del niño, la manera de tratarlas y las precauciones a tomar. No obstante, deberá ser tratado como a cualquier niño, sin sobreprotegerle y con la exigencia que requiere para su edad. El profesor/a deberá saber cómo actuar en caso de crisis para evitar que el niño se haga daño, así como educar a los demás compañeros para que se solidaricen con el niño con epilepsia.
En general, es conveniente que lleve una vida lo más "normal" posible, para lo que es necesario una buena comunicación entre padres y profesores y un conocimiento de la enfermedad por ambas partes.
Enlaces de interés:
Manual para padres con hijo o hija recién diagnosticado/a con epilepsia